Oporto es la capital del norte de Portugal y uno de los motores económicos del país vecino. Un destino que, por su cercanía, quizás no valoremos cómo merece.

La ciudad del Duero, aquí Douro, me sorprendió gratamente. Mucho más acogedora de lo que esperaba, con mucha más vida en sus calles, llenas de músicos, y la educación y agradecimiento de sus habitantes. Los portuenses, gentilicio de las personas de Oporto, se esfuerzan por convertir tu visita en una experiencia irrepetible.

Oporto es mucho más que bodegas, que también merecen una buena visita con cata incluida.

Si te parece, vamos a detenernos en seis lugares que me encantaron cuando visité Oporto a finales del pasado mes de junio, justo un día después que se abriera la frontera con España tras el largo confinamiento. Seis lugares cuya visita te recomiendo.

La Manteigaria-Fábrica de Pasteis de Nata

La Manteigaria (rua de Alexandre Braga, 24), en pleno centro, es una visita obligada. Sus pasteis de Nata son insuperables y nada tienen que envidiar a los famosos Pasteis de Belém, en Lisboa. Son tan sabrosos que se deshacen en la boca con una explosión de sabor, que además puedes completar con el oportuno toque de canela. Soy tan golosa que repetí los tres días que estuvimos en Oporto. Como curiosidad, cada media hora, el sonoro toque de campana, que se escucha desde la calle, anuncia una nueva hornada de pasteis. Estad atentos porque, recién sacados del honor, son un bocado de cielo. ¡Aunque, cuidado, no os queméis! Además el diseño del amplio local es muy moderno y funcional, al modo de un Starbucks portugués.
¡Maravilloso!

El restaurante Tapabento (Rua da Madeira, 222) está junto a la estación de ferrocarril de Sao Bento. No te la pierdas porque es una de las estaciones de tren más hermosas de Europa. Os enamorarán sus paredes cubiertas de coloristas azulejos que repasan a historia de Portugal. Y, apenas a veinte metros de la estación, os espera el restaurante Tapabento, muy tradicional pero, con tan buenas críticas en tripadvisor, que era visita obligada.

Restaurante Tapabento

Muy típica su planta de abajo, con barra incluida, donde esperamos nuestra mesa dando buena cuenta de un guacamole casero, e igualmente acogedor su comedor del primer piso, donde cenamos. Estando en Portugal, elegimos bacalao y estaba riquísimo (Bacalahu a 72 grados con crujiente de cebolla, legumbres y espinacas), materia prima impecable, tratado con respeto y un toque muy personal. El trato es tan familiar que, desde el primer momento, en Tapabento te hacen sentir como en tu propia casa. ¡Para repetir!

Terra Plana

No todo va a ser disfrutar de los pasteis de nata y el bacalao portugués. Si quieres descubrir un local con alma y con un ambiente after work estupendo, el Terra Plana es tu lugar. Está muy céntrico, pero en un remanso de paz (avenida de Rodrigues de Freitas 287). Desde fuera, la entrada del local pasa inadvertida pero, cuando accedes a su interior, descubres sus dos pisos con una cuidada decoración. Pero, sin duda, su gran valor es la terraza en la parte de atrás. Ambiente cosmopolita de público local e internacional, con una magnífica carta de cócteles a un precio más que razonable. Disfrutando del Terra Plana te planteas hacer de Oporto tu ciudad.

En la recoleta Rua das Flores 32, muy cerca del río Duero, Cantina 32 es un restaurante muy recomendable tanto para comer como para cenar (disfrutando, además, de su cuidada iluminación). Con una decoración urbana y una cocina tradicional pero reinventada con género de la máxima calidad. Estupendos y  frescos tanto los productos del mar, como la carne. Tomamos unos calamares con ese toque portugués que les da el cilantro y una Ternera a la brasa (Vitela na brasa) sabrosísima.

Cantina 32

¡Ojo, plato para compartir entre dos o incluso tres personas! El ambiente y el servicio es tan agradable, que no te querrás ir, aunque, en la misma Rua das Flores, te esperan agradables sorpresas: músicos poniendo calor y color a la vida y originales tiendas donde llevaros un recuerdo de Oporto.
¡Es imposible olvidarla!

Librería Lello

Para algunos es la librería más bella del mundo, haya inspirado o no a J.K. Rowling una de las famosas escenas de su afamada saga de Harry Potter. Polémicas aparte, la librería y su escalera romántica que se abre en mitad de la planta baja para subir al primer piso es impresionante. Está situada en el centro histórico (Rua das Carmelitas, 144), muy cerca de la Torre de los Clérigos. Es una de las grandes atracciones turísticas de Oporto, como confirma que en 2018 recibió un millón de visitantes. Para visitarla hay que pagar una pequeña entrada, cantidad que te descuentan si, ya en su interior, compras uno de sus libros (encontrarás ediciones en español y en varios idiomas).
¡No te la pierdas, pero madruga si quieres evitar las largas colas!

Y estando en Oporto debes visitar una de sus famosas bodegas y disfrutar del maravilloso ambiente a ambas riberas del Duero. cuando cruzas el puente, ya no estarás en Oporto, sino en Vila Nova de Gaia, municipio vecino. Allí, te espera la mundialmente conocida Sandeman (Largo Miguel Bombarda 3), que exporta vinos a medio mundo. Al comprar tu entrada, tienes la opción de visita guiada y de sumarle más o menos degustaciones del famoso vino de Oporto.

Bodegas Sandeman

También, si dispones de tiempo, puedes comprar la opción de visitar las vides, ya fuera de la ciudad de Oporto. En la bodega, pasearás por naves enormes con barricas muy antiguas y lo harás de la mano de una guía ataviada, como fue nuestro caso, con la vestimenta de la famosa capa que da nombre a la bodega, Sandeman (el hombre de la capa).
¡Disfruta mucho y sé prudente con la degustación o terminarás la visita mucho más alegre que cuando la iniciaste!